Una fiesta con sabor a recuerdos

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La Enfariñada, el plato humilde que sustentó generaciones en tiempos difíciles y que hoy es protagonista de una gran celebración
Enfarinada-Trabada
1 May 2025

El primer domingo de mayo, Trabada se viste de fiesta para celebrar uno de sus eventos más emblemáticos: la Fiesta de la Enfariñada. Este encuentro gastronómico, que nació en el año 2018, se ha convertido en un homenaje a la cocina tradicional y a la memoria de las generaciones que hicieron de este plato un alimento imprescindible en tiempos de escasez. Rubén García Freije, alcalde del municipio, destaca la importancia de esta celebración: “Esta fiesta es un homenaje a las antiguas generaciones de nuestro ayuntamiento, ya que durante la posguerra la gente se alimentaba de este plato, porque lleva ingredientes muy básicos que se podían encontrar en todas las casas. Fue una forma de combatir la pobreza de aquella época”.

La enfariñada, sencilla en su preparación pero rica en historia, lleva huevos, harina, agua y una pizca de sal. En algunas variantes se le añade leche, y puede consumirse dulce o salada. “La de la fiesta de Trabada se hace con leche y con un poquito de sal, porque después le ponemos tocino o torreznos como acompañamiento”, explica el alcalde.

COCINA TRADICIONAL

Carmen Rodríguez, más conocida por los vecinos como Carmen de Montaña, es una de las voluntarias que mantienen viva esta tradición. A sus 78 años, es la más veterana de las cocineras de la fiesta y guarda con cariño los recuerdos de cuando era niña.

“Para mí significa mucho porque me recuerda mis tiempos de niña. También de joven, cuando me fui a vivir fuera de España y volvía a Trabada, mi madre la cocinaba. Había que comerla sí o sí”, cuenta con emoción.

Carmen tiene claro cuál es la clave para una buena enfariñada: el reposo. “Para mí no es un truco, pero creo que el secreto de la enfariñada está en dejar reposar la masa durante varias horas”. Además, su variedad favorita es la de Trabada: “Sin duda, salada y con torreznos”.

Otra de las caras imprescindibles de esta fiesta es Mari Carmen Orea, cocinera voluntaria de 70 años, que participa desde la primera edición. “Durante la fiesta somos muchas cocineras, y por ahora solo hay un hombre, pero hay que decir que lo hace muy bien”, comenta entre risas. Mari Carmen explica con detalle el proceso de preparación:
“Hay que mezclar bien la leche o el agua, dependiendo de quién la haga, con la harina, los huevos y la sal. Mínimo hay que dejarla reposar una hora, pero la verdad es que cuanto más tiempo repose, mejor sabe”.

PUNTO DE ENCUENTRO

La Enfariñada no es solo una fiesta gastronómica, sino también un punto de encuentro para los vecinos de Trabada y para todos aquellos que quieren descubrir sus tradiciones. El evento cuenta además con puestos de artesanía, demostraciones en vivo y actuaciones musicales que amenizan la jornada.

El alcalde recuerda con especial cariño la implicación de la comunidad:
“Otros compañeros y yo ayudamos a preparar el amoado, es decir, la mezcla inicial, para dejarla reposar durante varias horas y que esté lista para cocinar. Ese día madrugamos para garantizar que salga con la mejor calidad”.

En cada edición, cientos de personas se acercan hasta Trabada para degustar este plato. “El año pasado vendimos unas 500 raciones aproximadamente a un precio de 5 euros. En el precio se incluye una taza elaborada por la Asociación Salud Mental da Mariña. Año tras año seguimos contando con ellos porque creemos que es una forma de colaborar y darle una esencia diferente a la fiesta”, detalla García Freije.

UN PLATO CON HISTORIA

Para muchos, la enfariñada es más que un plato: es una parte de su historia familiar. “Me vienen a la memoria mi madre o mi abuela paterna en la cocina de lareira, cocinándolas en una plancha de hierro. Le salían perfectas, no se quemaban”, recuerda Carmen de Montaña.

Para Mari Carmen Orea, la enfariñada está vinculada a los recuerdos de infancia: “Recuerdo cuando éramos pequeños, mis hermanos y yo, mirando en casa cómo la cocinaba nuestra madre, y según la iba haciendo, ya nos la daba bien calentita”.

Hoy en día, la Fiesta de la Enfariñada sigue siendo un evento muy especial para los vecinos de Trabada. “Mi hijo, que vive en Alemania, la disfruta mucho, y a mis nietos les encanta. Allí hay una cosa que se llama spätzle, que es un plato parecido, lo que me dice que en tiempos de guerra y posguerra todos subsistían de una forma muy similar”, cuenta Carmen de Montaña.

UNA CITA INELUDIBLE

La Fiesta de la Enfariñada sigue creciendo año tras año, convirtiéndose en un referente gastronómico y cultural de la comarca. Para los vecinos de Trabada, es mucho más que una fiesta: es una jornada de recuerdo, de convivencia y de puesta en valor de un plato que forma parte de su identidad.

Como dice Mari Carmen Orea: “Es un día muy especial en el que viene mucha gente al pueblo, hay mucha actividad, música... Es una cita muy señalada”. El 4 de mayo, Trabada abrirá de nuevo sus puertas para celebrar con orgullo una fiesta que, más allá del sabor, guarda en sus recetas la memoria de una tierra y la esencia de su gente.
Quien se acerque a esta celebración no solo descubrirá un plato lleno de historia, sino que se llevará consigo un pedazo del alma de Trabada.

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