Un nuevo aire para la petanca
Por Ana Somoza
La petanca es uno de esos juegos que, a pesar de su aparente sencillez, cuenta con una historia milenaria. Los griegos del siglo VI antes de Cristo ya se entretenían lanzando piedras, y fueron los marineros quienes difundieron esta práctica por la Galia, donde acabó consolidándose en el valle del Ródano. En España, comenzó a verse en los años cincuenta, entre 1953 y 1954. Desde entonces, ha avanzado poco a poco y, ahora, también busca abrirse camino con fuerza en A Mariña lucense de la mano de un nuevo colectivo: el Club de Petanca Praia A Rapadoira de Foz.
El Club de Petanca Praia A Rapadoira es una entidad de reciente creación, promovida por gente del pueblo, la mayoría de ellos jóvenes con un fuerte compromiso por promover el deporte de la petanca en Foz, y quieren transmitir este sentimiento. Hablamos con Pepe, que ejerce como vicepresidente: “El nuevo club nace con un aire renovador y con aproximadamente cuarenta socios”. Y eso que todavía están en una fase inicial. “Somos pocos, pero esperamos que poco a poco se vaya sumando más gente a este proyecto”.
Entre los primeros objetivos que se marcan está la organización de un torneo abierto a finales del verano. “Será probablemente en septiembre, quizás a comienzos de mes, y se celebrará en Foz”, señala el vicepresidente. El certamen estará abierto a todos los clubes de A Mariña y de Galicia. “En el último torneo participó gente de Asturias, Galicia y León... fue bastante variado”, recuerda con satisfacción.
La dinámica del club está pensada para adaptarse a la vida cotidiana de sus miembros. No hay horarios rígidos de entrenamiento. “Hablamos entre nosotros y quedamos para jugar”, cuenta Pepe. Las pistas que utilizan son municipales, de acceso público. “Solo hay que reservarlas cuando hay algo importante, como un torneo o una actividad, sobre todo para evitar problemas con el uso”, explica.
Por el momento, el club solo cuenta con categoría de adultos, pero hay una voluntad clara de acercar la petanca a la juventud. “Tenemos intención de acercar este deporte a los niños para que se vayan integrando”, señala. “Ya celebramos la primera actividad en las pistas de petanca con los colegios, y vamos a tener más en los centros escolares, que esto viene muy bien para darla a conocer, y que los pequeños sepan de este deporte que no es muy común”.
El Club está abierto a nuevos socios; cualquier persona que quiera hacerse socia puede hablar con los miembros de la junta directiva. “El único requisito es querer pasarlo bien y tener ganas de jugar”, afirma con una sonrisa, destaca Pepe.
El nombre del club no es casual. “Es el nombre de la playa más conocida de Foz, así que la consideramos como algo nuestro, algo que nos representa”, explica. La Praia da Rapadoira es, en efecto, un símbolo local, y este nuevo club pretende reflejar ese espíritu de pertenencia.
Preguntado por el futuro de la petanca en Foz y en A Mariña, Pepe se muestra optimista: “Yo pienso que cada vez va a crecer más. Es un deporte que tiene buena acogida”. Pone como ejemplo la evolución reciente en la villa. Y no solo eso: “Hace poco hubo un torneo en Lalín con más de 200 personas jugando. Eso también dinamiza la economía local”, añade.
Pepe también explica las particularidades del juego. “La más pequeña se llama boliche o pequeña. Las otras son bolas normales”, dice. Cada jugador tiene las suyas, “y siempre les ponemos una marca personal para diferenciarlas, porque a veces son muy parecidas”. Las bolas, hechas de acero, pesan entre 650 y 800 gramos y tienen un diámetro de entre 7 y 8 centímetros. “Para saber qué bola debe usar cada persona hay que medir la longitud de su mano, desde la palma hasta la punta del dedo corazón”, puntualiza.
La pasión de Pepe por la petanca es evidente en cada palabra. Pero también hay una visión colectiva, de comunidad. El nuevo Club de Petanca Praia A Rapadoira nace como una propuesta abierta, inclusiva, popular, que busca recuperar la esencia de un juego que une generaciones, que no requiere grandes inversiones y que puede jugar cualquiera, en cualquier lugar.
Y como él mismo concluye: “Tan solo queremos disfrutar del deporte, hacer cosas, darle vida al club y que la petanca tenga el lugar que merece en Foz”. Así, con humildad, el nuevo club lanza sus primeras bolas con el objetivo de marcar punto en un futuro más participativo y abierto.