La Novena

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31 Oct 2024

Por Rebeca Maseda

Creo que hay pocas personas criadas en el mundo occidental que no sepan a qué nos referimos cuando hablamos de la Novena, sí, esa magnífica sinfonía de Beethoven. Un genio creador del género que conocemos como ‘música clásica’, y también un hombre algo malhumorado, dicen algunos...

Nacido en la ciudad alemana de Bonn en 1770, es uno de los más grandes compositores de la historia de la música occidental sin discusión alguna. Cultivó diversos géneros—sonatas para piano, cuartetos de cuerda, etc.—pero su ciclo de nueve sinfonías es un hito no solo en el ámbito musical, sino en el artístico en general.

Ludwig tenía mucho trabajo antes del estreno de su Novena Sinfonía el 7 de mayo de 1824. La obra era esperada con impaciencia en Viena. Los copistas trabajaban a toda máquina para reproducir la partitura manuscrita para la interpretación. Beethoven no solo supervisaba el trabajo, sino que también se ocupaba de encontrar músicos, cantantes y un lugar adecuado para el concierto. “El público suele ver a Beethoven como un genio solitario que crea obras magníficas por sí solo, cuando en realidad trabajaba con un gran equipo”, dice Beate Angelika Kraus, musicóloga del Archivo Beethoven en el departamento de investigación de la Casa Beethoven en Bonn.

Como hito en la historia de la música y símbolo de la cultura occidental y de la humanidad, el manuscrito original de la Novena Sinfonía forma parte del ‘Registro Memoria del Mundo’ de la UNESCO desde 2001. En esta última sinfonía completada por el compositor, Beethoven utilizó un coro, algo que nunca antes se había hecho en una obra sinfónica. Con casi 70 minutos, la Novena Sinfonía es también excepcionalmente larga. El famoso coro final con la 'Oda a la alegría' representa la paz y el entendimiento internacional. La versión instrumental se convirtió en el himno del Consejo de Europa en 1972 y es el himno oficial de la Unión Europea desde 1985. La melodía del texto “Freude schöner Götterfunken” es ahora conocida en todo el mundo. Por eso, la obra es considerada una contribución al ‘diálogo cultural internacional’, según la UNESCO.

La directora de orquesta ucraniana Oksana Lyniv dirigió la Novena un día después del ataque ruso a Kiev y Járkov en febrero de 2022. Para ella, algunos pasajes del poema de Friedrich Schiller son especialmente conmovedores, como cuando dice: ‘Todos los hombres se convierten en hermanos’.

La Novena fue planeada durante mucho tiempo, de hecho, el primer borrador que se conoce data de 1815. Durante la vida de Beethoven, se interpretó doce veces y creó más de una versión. La Novena interpretada en el estreno era una versión temprana, diferente de la que envió a su editor o de la partitura para el rey de Prusia, a quien Beethoven finalmente dedicó la obra.

La sinfonía fue un encargo de la Sociedad Filarmónica de Londres, por lo que el estreno se programó—como era de esperar—en Inglaterra. En ese momento, 30 ‘amigos del arte’ le pidieron a Beethoven que interpretara primero sus últimas obras en Viena, así que las presentó en una serie de conciertos conocidos en ese entonces como “Akademien”. El 7 de mayo de 1824, en el Teatro de la Corte de Viena en Kärntnertor, el compositor interpretó en la Akademie—además del estreno de la Novena Sinfonía Op. 125—otras obras, entre ellas tres partes de la Missa solemnis Op. 123 y la obertura “Die Weihe des Hauses” Op. 124. En aquella época nadie asistía a un concierto que solo durara una hora o que incluyera una única obra. En el momento del estreno, Beethoven sufría una grave pérdida auditiva. A pesar de eso, fue capaz de marcar el ritmo.

Francamente no puedo evitar emocionarme cada vez que escucho y/o interpreto esta música tan increíble, alucinando con la destreza de este señor para construir un templo partiendo de una piedra, sí, refinada y hermosa, pero una piedra al fin y al cabo.

¡A sus pies, Don Ludovico!

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