O Feitizo de Foz: Raíces que unen, la fuerza de la tradición

Por Ana Somoza.
En el año 1978, un grupo de personas de Foz dio el primer paso hacia la creación de un espacio donde el arte, la cultura y las tradiciones gallegas pudieran florecer sin límites. Así nació la Asociación de Amigos de las Artes, con la clara voluntad de promover las artes entre la juventud, organizar actividades culturales y mostrar al público el talento de sus integrantes a través de exposiciones permanentes e itinerantes por distintas villas de la comarca. Años más tarde, esa semilla daría lugar a una agrupación que se convirtió en símbolo de identidad y resistencia cultural: la Agrupación Cultural Amigos das Artes O Feitizo.
La profesora de baile Pilar, que fue presidenta de la entidad durante muchos años, recuerda aquellos primeros tiempos con claridad y emoción. “En 1985 y 1986, a raíz de la Asociación de Amigos de las Artes, surge O Feitizo con el fin de no perder las tradiciones gallegas”. Fue una etapa de entusiasmo y compromiso, en la que figuras como Vicente Sempere, Suso Bahía y el Conde de Fontao fueron decisivas. “Ellos pusieron las bases. En 1986 se creó también la sección de baile, siempre con la misma idea: preservar lo nuestro”.
IDENTIDAD LOCAL. El actual presidente de la agrupación, Darío Vázquez, comparte esa visión, con la responsabilidad de mantener vivo un proyecto que sigue siendo relevante en pleno siglo XXI. “No solo tratamos de conservar, sino también de adaptarnos a los tiempos y de atraer a la gente joven, que es el futuro”.
Actualmente, O Feitizo cuenta con unos 70 socios. “Hay un poco de todo, desde adultos hasta pequeños, mujeres y hombres, aunque sí es cierto que hay menos niños varones”, reconoce Pilar. Esta diversidad, dicen, es un reflejo de la comunidad y una señal de que el trabajo intergeneracional da frutos.
Las actividades que organiza la agrupación son variadas y pensadas para mantener vivo el espíritu de las tradiciones gallegas sin dejarse atrapar por la rutina. “Tenemos clases de gaita, percusión, pandereta, canto y baile gallego. Y también otra disciplina muy divertida: un estilo de baile con música actual, tipo batuka, para hacer ejercicio y pasarlo bien”, explica Pilar con entusiasmo.
ESFUERZO DIARIO. Durante épocas señaladas como Samaín o Navidad, O Feitizo da un paso más allá y prepara espectáculos que combinan teatro musical y danza, abriendo nuevas posibilidades creativas. “Solemos hacer algo especial en esas fechas, porque la gente lo espera con ilusión y es un momento perfecto para implicar a los más pequeños”.
Pero si algo destaca en O Feitizo, además de su actividad artística, es su estética. Los trajes que utilizan para las actuaciones están diseñados y confeccionados por Pili y Sara, responsables de Antolinas Atelier y, al mismo tiempo, miembros de la asociación. “Todo queda en casa. Nosotras somos las encargadas de dar forma a lo que queremos transmitir también visualmente”, cuenta Pilar. Esa conexión entre creatividad e identidad tiene mucho que ver con el nombre de la agrupación.
“El nombre lo pusieron los fundadores, y evoca algo positivo, algo que fascina y cautiva. Es como si hechizáramos a la gente con nuestras músicas y bailes”, describe Pilar con una sonrisa que confirma esa idea.
Desde la agrupación reconocen que mantener esta actividad cultural requiere apoyo, y que el papel de las administraciones locales es clave. “Al gobierno local le pedimos que reafirme su compromiso con la cultura facilitando infraestructuras e inversiones para las actividades, tanto para nosotros como para el resto de asociaciones del municipio”, señala Darío Vázquez.
DESAFÍOS Y FUTURO. Uno de los objetivos principales de la agrupación es que no desaparezca, que no se pierdan las costumbres que tanto esfuerzo ha costado mantener. “Durante la pandemia fue muy duro. Tuvimos que parar casi todo, y se notó muchísimo la desconexión emocional”, recuerda Pilar. “Ahora, poco a poco, estamos recuperando la energía y las ganas”.
El trabajo diario dentro de O Feitizo está marcado por una planificación minuciosa. “Tenemos distintos horarios según la clase. Hay que coordinar muchas cosas, y lo hacemos siempre pensando en las personas que participan”, dice Pilar, quien subraya la importancia de mantener el ambiente familiar y acogedor que caracteriza a la agrupación.
Para este año, la agenda ya está prácticamente completa. “Acabamos de celebrar el festival de los niños en Vilaronte y también estuvimos en San Xoán. El 24 de agosto iremos a Portomarín, y tenemos muchas otras salidas programadas”, explica el presidente.
Uno de los eventos más esperados es el festival de adultos, que se retoma este año después de dos sin poder celebrarse. “Estábamos deseando volver a hacerlo, porque es una oportunidad única para mostrar el trabajo de todo el año y también para compartir con otras agrupaciones”, apunta Pilar.
MOMENTOS MEMORABLES. Cuando se les pregunta por un momento especial vivido durante todos estos años, Pilar no duda: “Cada vez que salimos a actuar con los pequeños es un momento hermoso para recordar. Ver sus caras de ilusión, su entrega, es maravilloso”. Y añade: “Hay actuaciones que nos marcan, como la que hacemos en agosto en Portomarín. Es un espacio mágico y siempre se respira algo especial”.
También recuerdan con cariño otros viajes, como la visita a Valencia o la participación en el programa Luar. “Siempre que salimos es un momento especial, pero sobre todo lo que tenemos que transmitir a los pequeños es la actitud. Eso es lo más importante. Una buena actitud es la base de todo. Lo demás, ya saldrá”.
A pesar de los retos que implica mantener viva una agrupación cultural, O Feitizo es un ejemplo de resiliencia e ilusión compartida. “No se trata solo de enseñar a bailar o a tocar la gaita. Es mucho más. Es enseñar respeto, compromiso, amor por la tierra. Es dar sentido de pertenencia”, afirma Pilar.
La agrupación sigue abierta a nuevas incorporaciones y anima a toda la vecindad a acercarse. “Aquí hay sitio para todos. Solo hacen falta ganas y voluntad de aprender”, aseguran. Esa es, tal vez, la magia más auténtica de O Feitizo: la capacidad de acoger, de inspirar y de mantener encendida la llama de la tradición.
En su trayectoria, la agrupación ha demostrado que es posible mantener vivas las raíces sin caer en la nostalgia, y que la cultura tradicional puede ser tan atractiva como cualquier otra forma de expresión contemporánea. “Si supiéramos el valor que tiene todo esto, lo cuidaríamos más”, dice Pilar con un cierto tono reflexivo.
O Feitizo de Foz continúa así su camino, entre melodías y danzas, entre esfuerzos y sonrisas, entre compromiso y alegría. Un camino que habla de nosotros, de nuestra tierra, de nuestra identidad. Y que, como bien dice Pilar, “no queremos que se pierda nunca”.