Malestar vecinal en O Vicedo por el retraso en la reforma de dos marquesinas

AMariñaXa
Las obras, que finalizaron en abril, estuvieron meses paralizadas sin explicaciones
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15 May 2025

La vecindad de O Vicedo muestra su creciente preocupación por la demora en la finalización de las obras de instalación de dos marquesinas de autobús en el municipio, una en el núcleo urbano y otra en la parroquia de San Román do Val. Aunque algunas estructuras ya están colocadas, los trabajos están incompletos: no están pintadas, carecen de señalización y, en algunos casos, ni siquiera cuentan con los elementos de protección necesarios para garantizar la seguridad de los usuarios.

“Están los conos puestos y sin pintar”, comenta una residente refiriéndose a la situación en el centro de la villa. En el caso de San Román, la situación es aún más precaria: “Todavía no han puesto la marquesina nueva”, denuncia otra vecina, mientras que en el núcleo urbano de O Vicedo “no hay ninguna protección”.

Las obras comenzaron en septiembre de 2024, pero desde entonces, su evolución ha quedado sumida en la incertidumbre. No se han ofrecido explicaciones oficiales sobre los constantes retrasos, lo que ha generado un profundo malestar entre los habitantes. “Es desesperante ver cómo un proyecto tan básico como este, que afecta directamente a la seguridad de los niños que utilizan el autobús escolar, queda paralizado durante meses”, lamenta un padre afectado.

Las familias con escolares han sido de las más perjudicadas por la falta de avances. Durante todo el otoño e invierno, los menores tuvieron que esperar al transporte sin abrigo frente a la lluvia, el viento o el frío. “No pedimos lujos, solo que se garantice un mínimo de confort y seguridad mientras esperan el autobús”, añade otra madre.

Además de las molestias prácticas, la situación ha puesto de manifiesto el malestar ciudadano con la planificación y ejecución de las obras públicas en el ayuntamiento. “En O Vicedo ya estamos acostumbrados a que los proyectos comiencen con buenas intenciones y acaben olvidados o con meses de retraso”, señala un vecino, que considera que esta situación se repite con demasiada frecuencia.

La percepción general es que falta voluntad política y capacidad de gestión para resolver problemas básicos. Los residentes exigen mayor transparencia y agilidad en la ejecución de inversiones tan necesarias como esta. “Esto no es una obra de gran envergadura ni requiere tecnología avanzada. Solo hace falta voluntad para hacerlo bien y a tiempo”, insisten.

Desde la vecindad también se demanda que se establezcan prioridades reales en la asignación de los recursos municipales. “Tenemos derecho a servicios dignos. Estas marquesinas no son un lujo, son una necesidad básica, especialmente para la gente mayor y los niños”, subrayan.

La situación ha servido, en definitiva, para reabrir el debate sobre el modelo de gestión local y la importancia de cumplir con los plazos y compromisos adquiridos con la ciudadanía. Mientras tanto, las marquesinas siguen a medio hacer, sin plazos claros ni información oficial que tranquilice a los afectados.

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