La movilidad sostenible toma las calles de Foz

En los últimos años, el Ayuntamiento de Foz ha dado pasos decididos hacia una transformación profunda de su movilidad urbana. El objetivo, según el propio equipo de gobierno, es claro: “hacer de Foz una villa más segura, accesible y humana, en la que las personas recuperen el espacio que les corresponde en las calles”.
Así lo explican fuentes municipales, que ponen como ejemplo las actuaciones que se están desarrollando en el eje que conecta el centro urbano con la playa de A Rapadoira, una de las zonas más transitadas tanto por residentes como por visitantes. Se trata de una intervención que abarca calles como Eduardo Pondal, Salvador de Madariaga, Avenida dos Irmandiños, Curros Enríquez y la Praza de Galicia.
“Queremos darle una nueva configuración a nuestra villa, un modelo en el que el tráfico rodado deje de ser el protagonista absoluto”, señalan desde el Concello. “Nos gusta la idea de seguir el camino de las grandes ciudades que apuestan por la peatonalización, por crear ‘supermanzanas’, por establecer direcciones únicas, reducir la velocidad y fomentar el uso de medios de transporte alternativos”.
La inspiración viene de referentes ya consolidados como Vitoria, considerada a nivel estatal un modelo de movilidad sostenible, o ciudades gallegas como Pontevedra, A Coruña o incluso Lugo. “Pontevedra ha demostrado que es posible cambiar el modelo sin perder actividad comercial; al contrario. Lugo empezó en 1969 implantando el sentido único en la ronda de la Muralla con una reorganización viaria que hoy sigue vigente. Hay que aprender de quienes lo hicieron bien”, afirman.
La filosofía que guía este proceso se basa en un principio sencillo: “la movilidad sostenible es una herramienta para mejorar la calidad de vida”. Y eso se traduce en medidas concretas. Por ejemplo, todas las calles implicadas en este proyecto tendrán un límite de velocidad de 30 km/h, lo que facilita la convivencia entre vehículos y bicicletas. “El tráfico calmado es fundamental para crear espacios seguros y de convivencia”, subrayan.
Uno de los cambios más significativos fue el de la calle Corporacións, que pasó a ser de sentido único en dirección a Marzán. “Era una calle con mucho tránsito de coches, muchos de los cuales circulaban a velocidades peligrosas. Ahora hay menos ruido, más seguridad y un tráfico mucho más ordenado”, explican desde la administración.
En esa misma línea, ya se están aplicando reconfiguraciones en las calles Trapero Pardo y Paseo de Colón, dos arterias importantes de la villa. Ambas pasarán también a ser de sentido único, con circulación hacia Burela. “Es una medida que busca evitar colapsos, especialmente en verano, cuando la afluencia de vehículos se multiplica”, detallan.
En el entorno de la playa de A Rapadoira, zona neurálgica durante la temporada estival, las modificaciones han sido especialmente relevantes. Allí se concentran numerosos establecimientos hosteleros y un elevado número de peatones. “En el Paseo de Colón, por ejemplo, el sentido único permitirá reducir atascos y mejorar la fluidez, algo muy necesario en los meses de mayor actividad”, añaden.
El alcalde, Fran Cajoto, lleva años defendiendo esta apuesta. “Siempre he creído que una movilidad sostenible, bien planificada y centrada en las personas, es el camino correcto. No se trata solo de reorganizar el tráfico, sino de construir una villa mejor para vivir”, afirma.
Recuerda también que las actuaciones no son arbitrarias ni improvisadas. “En el anterior mandato hicimos un ejercicio colectivo de reflexión, en el que participaron todos los agentes sociales, asociaciones vecinales y empresariales, la ACIA local, la Policía Local y los distintos grupos políticos. De ese proceso salió la aprobación de un documento que define el modelo de pueblo que queremos”, relata Cajoto.
La planificación, insisten desde el equipo de gobierno, es clave para evitar conflictos y garantizar la aceptación social de las medidas. “Hay mucha gente que al principio duda, pero cuando ve los resultados cambia de opinión. Lo importante es hacer las cosas con estudio, rigor y participación”, señalan.
La reconfiguración de la calle Irmandiños, cuyas obras están a punto de comenzar, es otro ejemplo de esa estrategia. Pasará a ser una vía de sentido único desde la playa, lo que contribuirá a mejorar los accesos y reducir riesgos. “Cada cambio está pensado para hacer más fluido el tránsito, pero siempre con el foco puesto en la seguridad de las personas”, recalcan.
Otra de las actuaciones previstas fue la creación de una senda peatonal junto al campo de fútbol Martínez Otero, en la calle Corporacións. “Era una obra muy necesaria para completar el circuito peatonal y resolver un punto negro de movilidad”, comentan desde el Concello.
No se trata solo de cambiar sentidos de circulación o instalar pasos de peatones. Lo que está en juego, afirman, es “repensar el espacio público, hacerlo más democrático y más saludable”. Y eso requiere “tiempo, valentía y una visión a largo plazo”.
Desde el gobierno local insisten en que Foz debe adaptarse a los tiempos. “Las villas no pueden quedarse ancladas en el pasado. Tenemos que pensar en clave de futuro, de sostenibilidad, de resiliencia urbana. Y la movilidad es una de las herramientas más potentes para lograr ese cambio”, aseguran.
También reconocen que aún queda mucho por hacer. “Este es un proceso continuo. No se trata de un proyecto que empieza y acaba, sino de una estrategia global que se desarrollará por fases”, explican. Por eso piden paciencia y colaboración a la ciudadanía. “Sabemos que las obras molestan, que los cambios pueden generar incertidumbre, pero estamos convencidos de que los beneficios a medio y largo plazo compensan con creces”.
La apuesta por la movilidad sostenible en Foz ya está sobre la mesa y en marcha. Con direcciones únicas, reducción de velocidad, más espacio para peatones y bicicletas, y una visión urbana centrada en la calidad de vida, el Concello busca redefinir su identidad como villa.
“Queremos que Foz sea un lugar más habitable, más amable y más seguro. Un lugar donde los niños puedan jugar, donde las personas mayores caminen sin miedo, donde el coche no sea el dueño de la calle”, concluyen. Porque, como dicen desde el propio Concello, “la villa del mañana se construye con las decisiones que tomamos hoy”.