La CIG-Saúde denuncia el cierre de 38 camas en el Hospital da Mariña durante el verano

La CIG-Saúde de A Mariña ha denunciado que el Hospital da Mariña cerrará este verano un total de 38 camas, lo que afectará a toda la planta de Medicina Interna. Según explicó el sindicato, el proceso comenzará con un cierre progresivo de camas y la reducción de personal, hasta clausurar por completo la unidad a principios de julio, lo que supondrá una importante pérdida de capacidad para hospitalizar a pacientes en Burela.
Desde la central sindical advierten que esta medida tendrá “consecuencias muy graves” para los pacientes, muchos de los cuales serán derivados al HULA de Lugo, mientras camas del hospital mariñano permanecen bloqueadas. “No se trata de un hecho puntual, sino de una práctica continuada en los últimos meses que ya está generando malestar entre las personas afectadas y sus familias, obligadas a desplazamientos innecesarios por culpa de una gestión deficiente”, denuncian.
Además, la CIG advierte que estas decisiones incrementan las listas de espera y fomentan las derivaciones a la sanidad privada para cumplir con los plazos establecidos por la Ley de Garantías. También señalan que estas medidas provocan el desplazamiento forzoso de personal a otras unidades para cubrir vacaciones y ausencias, lo que “agrava la precariedad, el desempleo y dificulta la conciliación familiar”.
La dirección del hospital justifica el cierre por la supuesta falta de profesionales, pero la CIG-Saúde asegura que esta escasez es consecuencia directa de años de precariedad en la contratación. “Desde 2019 venimos denunciando que las condiciones laborales estaban expulsando al personal. No se van por motivos personales, sino porque buscan un futuro profesional más estable en otros destinos”, afirman. Acusan a la dirección de manipular la realidad y no asumir su responsabilidad en esta “huida” de profesionales.
La central sindical también critica que se intente reducir la actividad en verano con una excusa “inadmisible”. “La demanda asistencial no baja en verano, más bien se duplica. Tanto la costa como el interior se llenan de visitantes y, lógicamente, también enfermamos en verano”, remarcan.
Para la CIG, el cierre de camas obedece únicamente a un afán de ahorro económico y no a una verdadera planificación sanitaria. “Esto no es una buena gestión. Es una decisión que recorta derechos, deteriora la atención y deja a la comarca sin cobertura adecuada en los meses de mayor demanda”, concluyen.