Caballos junto al mar: 11 años de pasión ecuestre en O Vicedo

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La Asociación de Cabaleiros Rías Altas celebra más de una década de rutas, amistades y tradiciones a caballo por la costa mariñana
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25 May 2025

“No se trata solo de montar, sino de compartir momentos, de vivir experiencias juntos”

Por Ana Somoza

Hace once años, un pequeño grupo de amigos de O Vicedo, unidos por su pasión común por los caballos, decidió dar un paso adelante. “En aquel momento no había en el pueblo ningún colectivo así”, recuerda Alejandro, presidente de la Asociación de Cabaleiros Rías Altas. Aquella inquietud compartida acabó tomando forma en una entidad que hoy suma 25 socios, repartidos entre O Vicedo, Viveiro, Ortigueira y Loiba.

“Somos gente de diferentes sitios, pero con el mismo espíritu: el amor por los caballos y por la naturaleza”, resume con entusiasmo. El objetivo de la asociación se mantiene fiel al espíritu con el que nació: “Hacer rutas ecuestres, juntarnos, pasear y confraternizar entre nosotros”. Sin grandes pretensiones, pero con una clara intención de disfrutar de la compañía de los animales y del entorno. “No se trata solo de montar, sino de compartir momentos, de vivir experiencias juntos”, apunta Alejandro.

ESPÍRITU COLECTIVO. Aunque las rutas a caballo son la actividad principal, la asociación no se limita a ellas. A lo largo de los años han ido tejiendo una red de colaboraciones con otros colectivos y eventos de la comarca. Uno de los más singulares es su participación en la Romaxe Vikinga de O Vicedo, donde se unen al centro Hípica Celta para recrear la batalla. “Es una experiencia muy diferente, pero también muy divertida. Participamos caracterizados, y los caballos le dan un toque especial al evento”, explica. También tienen presencia en ferias y encuentros equinos, como la feria de Xove. Incluso se atrevieron con el Camino de Santiago... hasta en tres ocasiones. “Fue una experiencia increíble”, cuenta Alejandro.

La asociación está formada por hombres y mujeres de distintas edades. La mayoría tienen experiencia previa en el mundo ecuestre, pero también hay quienes empezaron desde cero. El propio Alejandro reconoce que no tuvo contacto con los caballos hasta bien entrada la edad adulta. “Yo empecé muy tarde. Nunca hubo caballos en casa. Pero un día, estando con mi hijo en la Feira das Maulas de Galdo, empezamos a hablar de ellos... y acabamos comprándole un caballo”. Y así, casi sin querer, la familia acabó con cuatro caballos: uno para cada miembro. “El pequeño empezó a montar con 4 años, y el mayor con 11. Ahora ya es parte de nuestra vida”, dice sonriendo.

CONEXIÓN ANIMAL. Para él, la relación con los caballos va mucho más allá del deporte. “Son animales muy nobles. Da gusto compartir tiempo con ellos. Pasear por la playa en invierno, ver cómo interactúan, cuidarlos... No es solo montar, es todo lo que implica esa relación diaria”. Insiste en que la verdadera pasión está en el día a día, en el cuidado y en la conexión que se establece con los animales. “Se aprende muchísimo de ellos. Son inteligentes y te dan una paz que cuesta encontrar en otras cosas”.

RUTAS ESPECIALES. Uno de los momentos más esperados del año para la asociación es su propia ruta caballar, que se celebra siempre en junio. Este año, tendrá lugar el día 7 y reunirá a jinetes de toda la comarca e incluso de otros puntos de Galicia. “Es un día de fiesta, de reencuentros, de compartir. Se juntan asociaciones amigas como la de Medela, la de Viveiro y muchas otras de A Mariña”, adelanta Alejandro.

El recorrido, pensado para ser accesible a todo tipo de jinetes, es también un homenaje al paisaje costero de O Vicedo. “Salimos alrededor de las diez de la mañana desde la Casa da Cultura. Pasamos por la playa de Xilloi, subimos por As Laxes y llegamos hasta San Román, donde hacemos una pequeña parada para tomar unos pinchos”. Luego, el grupo regresa por el interior de la villa hasta el punto de partida, donde les espera una comida con música o espectáculo incluido. “Siempre buscamos que la jornada termine con buen sabor de boca”, explica. La ruta está abierta tanto a adultos como a niños, sin necesidad de experiencia previa. “Es sencilla, pensada para que todo el mundo pueda participar. Eso sí, hay que tener un mínimo de cuidado y saber llevar al caballo con respeto”, advierte.

La preparación para una salida como esta comienza temprano. “Por la mañana, lo primero es cepillar al caballo y aparejarlo: colocar la silla y la cabezada. El jinete debe vestir ropa cómoda, nada que incomode al montar”, indica Alejandro. Esa rutina, aparentemente sencilla, es parte del ritual que fortalece el vínculo entre el animal y quien lo monta. La respuesta de la gente a la ruta caballar es siempre muy positiva. “Solemos tener alrededor de 80 jinetes. Y hay quienes vienen desde bastante lejos: recuerdo participantes de Ferrol, e incluso de Curtis”, afirma. También quiere destacar la colaboración de los negocios del pueblo: “Siempre hay locales que nos echan una mano, y eso hay que agradecerlo”.

ESTILO DE VIDA. Con el paso de los años, la Asociación de Cabaleiros Rías Altas se ha consolidado como un referente en la comarca. Su presencia en eventos, su implicación en el tejido social y, sobre todo, su constancia, han hecho que muchos vecinos vean en el colectivo un elemento más del patrimonio local. A él le emociona especialmente ver cómo los más pequeños se involucran. “Cuando ves a un niño o una niña sonriendo sobre un caballo, sabes que estás haciendo algo bien”, dice. Porque, como insiste, “no se trata solo de montar, sino de transmitir valores: respeto por los animales, amor por la naturaleza, compañerismo”.

El espíritu que guía a la asociación es, sobre todo, el de compartir. Compartir tiempo, experiencias, aprendizajes y naturaleza. “Este mundo engancha”, admite Alejandro. “Cuando lo pruebas, es difícil dejarlo. Porque no es solo un deporte, es un estilo de vida”.

 

 

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