Paso Miúdo: 17 años caminando paso a paso

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La asociación de senderismo Paso Miúdo continúa promoviendo el amor por la naturaleza y la memoria de los antiguos caminos, con un fuerte espíritu de grupo
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Arriba, a xunta directiva actual e, abaixo, os fundadores de Paso Miúdo
19 Jul 2025

Por Ana Somoza.

Pocas cosas unen tanto como caminar. Así lo creen los miembros de Paso Miúdo, una asociación de senderismo nacida en O Valadouro hace ya casi dieciséis años, cuando un pequeño grupo de personas aficionadas a las salidas de los domingos decidió que había llegado el momento de compartir su pasión con más gente. “Nos gustaba andar y comer en el campo, así que empezamos a organizar rutas y acabamos fundando la asociación para legalizarla y poder acoger a más aficionados”, recuerdan desde su directiva.

El origen de la entidad está marcado por un fuerte vínculo familiar, ya que los primeros integrantes de la junta directiva fueron todos miembros de una misma familia: Ángel, Ana, Jesús, Belén y José Luis. Combinaban la voluntad de organizarse para federarse en la Federación Gallega de Montañismo —y así contar con un seguro para las rutas— con la ilusión de recuperar antiguos caminos como el Camiño Real entre O Valadouro y Mondoñedo. “Una asociación tiene más peso frente a las administraciones, y eso facilitaba mucho el trabajo”, explican.

El nombre de la entidad no fue escogido al azar. Tiene un significado especial que recuerda el carácter de su fundador, Ángel, quien también fue el primer presidente. “Siempre que le preguntaban cómo era la ruta, respondía que era todo llano”, cuentan entre risas. Pero esa frase escondía toda una filosofía de vida: “él creía que paso a paso, con tiempo, cualquiera puede llegar muy lejos”. De esa visión nació Paso Miúdo. Actualmente, la asociación cuenta con 28 miembros, repartidos a partes iguales entre hombres y mujeres. En la directiva actual están Juan como presidente, José de vicepresidente, Carmen como secretaria, Vanessa como tesorera e Isabel como vocal. Para entrar en la entidad, explican, solo hay que cubrir un formulario disponible en su página web. “El único requisito es estar federado en la FGM. No cobramos cuota en los últimos tiempos”, apuntan.

FILOSOFÍA. La filosofía de Paso Miúdo no es simplemente salir a caminar: “Somos gente que va a caminar haciendo grupo, no un grupo de gente que va a caminar”, subrayan. Esa diferencia, aparentemente sutil, refleja el espíritu de la asociación: compartir, cuidar, crear vínculos.

ITINERARIOS. Sus rutas mensuales llevan a los socios por parajes naturales muy diversos: bosques, montañas, caminos costeros. La elección depende de la época del año y del interés paisajístico, pero también de las condiciones logísticas: “Tras la pandemia hacemos rutas por sitios cercanos, para poder desplazarnos en nuestros coches”, indican. “Antes íbamos en autobús y comíamos por 20 euros, pero ahora eso ya no es viable. Los precios han subido tanto que preferimos ir en coches particulares y, una vez allí, quien quiera se queda a comer por la zona”. Esa decisión responde también a una visión solidaria con el entorno: “Si los pueblos no ven beneficios, no mantienen las rutas. Por eso procuramos dejar algo en los lugares que visitamos”.

RECUERDOS. Entre los itinerarios más memorables están aquellos que dejan huella por su belleza, por su historia o por su carga emocional. En Puebla de Sanabria descubrieron una cascada de 35 metros completamente congelada, “una maravilla natural difícil de olvidar”. Pero hay caminos que calan más hondo, como el Camiño Real entre Viveiro y Mondoñedo. “Lo recuperamos con el trabajo incansable de nuestro antiguo presidente, que siempre tuvo la inquietud de saber cómo vivían nuestros antepasados”. Para él, ese sendero era “como la A8 de los tiempos antiguos”, un hilo que cosía las aldeas antes de que llegara el asfalto.

Otras rutas también dejan huella por los momentos vividos. “La del Agua de Taramundi fue la primera que hice con Paso Miúdo, y puede que sea la ideal: tiene paisaje, tiene sidra y tortilla de cabrales en As Veigas y Os Teixois, en medio del recorrido”, relata un miembro. En otro caso, el río Agüeira en Pesoz (Asturias) fue mucho más que una experiencia natural: “allí conocí a la que hoy es mi mujer”, dice uno de los socios, con una sonrisa inevitable. Como toda asociación viva, Paso Miúdo también tiene destinos pendientes. Uno de ellos es Pena Trevinca, la cima más alta de Galicia. “Intentamos subirla un fin de semana, pero había niebla, con una visibilidad de menos de cinco metros, y por seguridad decidimos no continuar”, relatan.

La montaña queda como un reto futuro. Pero el senderismo no es la única actividad del grupo. “Si en la zona hay un museo, como el del Juguete en Ponteceso o el del Vino en Monforte, siempre hacemos una parada para visitarlo. También excavaciones arqueológicas. Es una forma de complementar la experiencia”, explican. A lo largo de casi dieciséis años de historia, han acumulado también anécdotas para dar y tomar. Algunas divertidas, como aquella vez que tuvieron que descalzarse y remangarse los pantalones para cruzar un río tras una noche de lluvia intensa. Otras emotivas, como la celebración de dos bodas entre socios que se conocieron gracias a las caminatas. “Paso Miúdo es mucho más que una asociación, es una familia”, coinciden.

FUTURO. De cara al futuro inmediato, ya tienen varios proyectos marcados en el calendario. Prevén organizar salidas hasta final de año por lugares cercanos: Fraga Vella (en Mondoñedo), Ponte de Porto (O Vicedo), As Reigadas (A Pontenova), Bretoña (A Pastoriza) o los Molinos de Xove. Lugares donde la naturaleza habla, y donde el paso pequeño sigue marcando el ritmo. En 2025 celebrarán su decimoséptimo aniversario. “Queremos seguir como hasta ahora, con un ambiente familiar y sin perder la esencia que nos une”, declaran. La receta parece clara: caminar con calma, disfrutar del entorno, cuidar del grupo y no olvidar nunca que, paso a paso, se puede llegar muy lejos.

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